Son muchos los clientes que nos preguntar "a qué sabe el caviar", y otros que nos dicen que lo probaron hace años, y tenía "un sabor fuerte a pescado" o a "mucha sal".
Durante los últimos casi 100 años, desde que el caviar está considerado un manjar exquisito, tanto la producción del mismo, como la propia logística asociada a los tiempos, han provocado que se haya podido encontrar mucha variabilidad en este aspecto.
Si nos centramos en los últimos 25 años, encontramos una serie de situaciones muy específicas que han marcado claramente la calidad del producto.
En la década de los 80, conforme era más difícil encontrar un caviar de calidad, podíamos encontrar partidas de producto que no estaban bien conservadas, o que estaban almacenadas durante mucho tiempo, y como en cualquier otra conserva (o semi-conserva) derivada del pescado, el sabor a sal, y los sabores a pescado "podrían" aparecer.
En los años 90, empezaron a aparecer producciones de esturión de manera sostenible en Estados Unidos e Italia, posteriormente en Francia y España también, y se normalizó la producción, la logística, y dejó de ser un producto a veces de origen "poco conocido".
La aparición de caviares elaborados de una manera profesional, por expertos procedentes del Mar Caspio, puso de manifiesto, que un caviar "recien hecho" tiene sabores muy ligeros y frescos, un caviar más madurado, adquiere sabores mucho más grasos y complejos, y cuando un caviar "sabe mucho a sal".... lamentablemente esté caducado.
Asi que cuando piensen en aquel caviar que "un amigo trajo de algún lugar" y les dió a probar... y sabia fundamentalmente a sal..., no era un caviar en buen estado.
Como no, les invitamos, que por poco más de 50€, puedan quitarse ese mal sabor de boca y probar alguna de nuestras variedades.
